La lipidosis hepática felina, también conocida como “hígado graso en gatos”, es una de las enfermedades hepáticas más comunes y graves en felinos domésticos. En la actualidad, gracias a los avances en tecnología veterinaria, la detección y tratamiento de esta enfermedad son cada vez más precisos y efectivos.
Esta enfermedad requiere atención inmediata, ya que evoluciona rápidamente y puede poner en riesgo la vida de tu gato. En el siguiente artículo de Atrevia te ayudaremos a identificar los síntomas de la Lipidosis hepática felina y así actuar inmediatamente.
¿Qué es la lipidosis hepática felina?
La lipidosis hepática ocurre cuando el gato deja de comer por varios días, obligando a su organismo a usar la grasa corporal como fuente de energía. Esta grasa llega al hígado para procesarse, pero en exceso lo sobrecarga, afectando su capacidad de funcionar correctamente.
Esta enfermedad es más común en gatos obesos, pero puede aparecer en cualquier felino, sobre todo en periodos de alto estrés, cambios o alguna enfermedad que lo aqueja y que haga que deje de comer por un largo periodo de tiempo.
Síntomas de la lipidosis hepática
Es importante reconocer los signos de esta enfermedad para actuar a tiempo:
- Pérdida repentina de apetito o cambios en su rutina de comidas
- Pérdida de peso rápida
- Letargo, debilidad y falta de energía
- Vómitos amarillentos o diarrea
- Color amarillento en orejas, piel o encías (ictericia)
- Cambios en el comportamiento como aislamiento o no usar su arenero
La tecnología veterinaria moderna permite dar con el diagnóstico mediante análisis de sangre, ecografías y, en casos necesarios, biopsias hepáticas que determinan la gravedad de la enfermedad. Si notas alguno de estos signos, acude al veterinario y pide que le hagan los exámenes necesarios a tu gato para confirmar la enfermedad.
Factores de riesgo
Algunos factores que incrementan el riesgo de lipidosis hepática en gatos son:
- Obesidad
- Estrés prolongado
- Cambios bruscos en la alimentación o en el entorno
- Estrés por la presentación de un nuevo gato o mascota en la familia
- Rutina intermitente de alimentación. Por ejemplo, que el gato pase más de 8 horas sin comer
- Enfermedades previas como diabetes o pancreatitis
Diagnóstico con ayuda de la tecnología veterinaria
Antes, identificar problemas hepáticos podía ser más complicado y requerir procedimientos invasivos. Actualmente, la tecnología veterinaria facilita un diagnóstico rápido y menos estresante para el gato.
Ahora, existen los análisis bioquímicos avanzados que permiten evaluar la función hepática y también el uso de ecógrafos que permiten ver qué tan inflamado está el hígado y otros órganos. Así, le podrás dar a tu gato todos los cuidados que necesita. Cuanto antes se confirme el diagnóstico, mayores serán las probabilidades de recuperación.
Tratamiento para la lipidosis hepática felina
La lipidosis hepática puede avanzar rápidamente. Si tu gato deja de comer por más de 24 a 48 horas, llévalo de inmediato al veterinario. El tratamiento busca revertir la acumulación de grasa y restaurar la función hepática. Por lo general, incluye:
- Alimento asistido: Cuando el gato no quiere comer voluntariamente, se recurre a sondas de alimentación para asegurar la ingesta calórica diaria y así el gato no baje más de peso.
- Hidratación y soporte médico: Se administran fluidos y medicamentos para controlar náuseas, vómitos y protectores hepáticos para el hígado.
- Monitoreo constante: Gracias a la tecnología veterinaria, se evalúa la evolución del tratamiento mediante ecografías y análisis de sangre periódicos.
En casos graves, el gato puede necesitar un internamiento de varias semanas para un mejor monitoreo, pero con los cuidados adecuados y diagnóstico temprano, muchos gatos logran recuperarse por completo.
¿Cómo prevenir la lipidosis hepática felina?
Evita cambios bruscos en su dieta y también en el entorno. Suele pasar que algunos gatos que estuvieron completamente sanos por muchos años, presentan la enfermedad de un momento a otro como consecuencia de un periodo de estrés. Recuerda que los felinos domésticos son animales muy sensibles y cualquier cambio mínimo en su rutina los puede afectar negativamente.
Además, controla su peso, fomentando el ejercicio diario a través de juegos y bríndale un ambiente estable.
Conclusiones
La lipidosis hepática felina es una enfermedad seria, pero con un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, muchos gatos pueden recuperarse y volver a llevar una vida saludable. La combinación de atención veterinaria especializada y los avances en tecnología veterinaria han mejorado significativamente las posibilidades de éxito en estos casos.
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Preguntas frecuentes sobre Lipidosis hepática felina: Cómo saber si mi gato está mal del hígado
¿La lipidosis hepática felina puede confundirse con pancreatitis?
Sí, la lipidosis hepática felina puede confundirse con pancreatitis, ya que ambas presentan signos como vómitos, anorexia y letargo. Sin embargo, cada una afecta órganos diferentes y requiere un diagnóstico específico. Asegúrate de que a tu gato le realicen pruebas con tecnología veterinaria como ecografía y análisis de sangre para dar con el diagnóstico preciso.
¿Un gato puede vivir en casa con lipidosis hepática felina?
Sí, un gato con lipidosis hepática felina puede vivir en casa siempre que reciba tratamiento y cuidados adecuados. Existen alimentos para gatos hepáticos tanto en croquetas como paté que lo ayudarán a recibir los nutrientes necesarios sin hacer trabajar tanto su hígado hasta que se recupere por completo.
¿Qué significa que mi gato vomite amarillo?
Cuando un gato vomita amarillo, generalmente está expulsando bilis, lo que puede indicar que su estómago está vacío o que existe un problema digestivo. En algunos casos, puede ser señal de enfermedades más graves como lipidosis hepática o problemas biliares. Acude a tu veterinario si presencias este síntoma.